Profesor Luis Fernando Sánchez Jaramillo, Universidad de Caldas y Presidente de La Academia de Historia de Pereira Ricardo de los Rios Tobón.
En una caminata de domingo, hemos tenido el placer de compartir con personas que además de su conocimiento y gusto por la historia de la región, también disfrutan de las caminatas en el verde exuberante de nuestras montañas. Un domingo del mes de septiembre a las 8:00 a.m. es la cita en el café ¨tinto parao¨ de la plaza central de Santa Rosa de Cabal. Varios de los asistentes se verían por primera vez en la vida para compartir historias, anhelos, pesares, sueños. Entre estos últimos, el de poder unir esfuerzos para proteger el Camino del Privilegio, dado a conocer por el abogado Jaime Fernández Botero, quien realizó la invitación.
Templete en la vereda Guacas.
Luego del amigable encuentro, el desplazamiento a la plaza de mercado o galería, como se suele llamar por aquí, al sitio donde se concentra la oferta y demanda de productos del campo, variedades, licor, y otras cositas. La salida es en un jeep Willys modelo 1954, color rojo; el sitio de llegada: Alto del Yarumo, dicen que se encuentra a una hora de camino aproximadamente y luego de pasar por la vereda guacas y otras más. En el recorrido encontramos, competencia de ciclismo, verde y más verde, construcciones de diferentes tipos y como siempre las Acacias… ¨casa a punto de caerse, porque ya no vive nadie en ella, como dice la canción de nuestro repertorio nacional. Que no falte el pasar por los pequeños puentes, ubicados sobre caudales de agua que parecen inofensivos a simple vista, pero que para un buen observador dejan ver sus huellas del cómo se puede crecer tanto su caudal, que llevan consigo lo que se encuentren en el recorrido.
Las casas viejas
La casa Típica
La casa que parece tomada en préstamo de otro paisaje.
Entre leves subidas, planes y bajadas llegamos a la pendiente mayor: ¨ Si no sube con la primera, está la doble, si no sube con la doble, está el bajo ,pero que sube... sube¨. Dice el conductor: un hombre de joven apariencia, que demuestra orgullo porque su carro siempre lo respalda, nunca lo deja tirado y menos a sus pasajeros, agrega que las nueve personas a las que transporta en esta ocasión, o sea nosotros, somos pocas, él ha subido por allí muchas más y con sus mercados o remesas. En lo personal, aquel sendero ya dejaba de ser carretera para convertirse en camino de herradura, pero suficiente para que el conductor y su Willys , siguieran haciendo alarde de su trabajo en equipo.
Inicia el camino a pié.
Ubicados ya en el alto del Yarumo , iniciamos la caminata de tres horas, con cantos de pájaros, flores no vistas antes, puertas de golpe, broches, como los llamaban los abuelos, haciendo las veces de barreras para evitar se salgan el ganado y los caballos.
Las flores que adornan la tierra del camino
Cerca de la cima un potrero verde, en frente montañas con los sabios canosos árboles llamados yarumos, haciéndose notar por encima de los demás compañeros del lugar. En el mismo espacio una colección de frascos plásticos, donde antes contenían químicos, que fueron utilizados y dejados allí, hacemos un árbol y dejamos notas, pidiendo el favor de evitar la contaminación.
El monumento al descuido, pero que invita cuidar la tierra.
Continuamos el camino, entre historias maravillosas de Tomás Cipriano de Mosquera subiendo con su ejército; de los dichos del siete cueros: …Decían hace unos años atrás cuando alguien era ´flojo´: que es no era capaz de llegar ni a un siete cueros, ya que se encuentra en las partes altas de la montaña. De las historias de la iglesia, en fin, hay que hacer más caminatas como esta, por caminos similares.
Profesor Luis Fernando Sánchez Jaramillo.
Árbol de sietecueros.
Camino y más camino, a lo lejos la ciudad de Manizales, enmarcada en las montañas y en el primer plano un casa abandonada y en lo alto del sitio, huellas de lo que pudo haber sido un altar (si usted lee esta historia y sabe cuál fué su rigen, por favor nos cuenta).
Manizales entre montañas
¿ Lo que fué un altar?
Cerca de allí una placa en madera nos cuenta que estamos ya en predios del municipio de Chinchiná, y esto implica que puede estar también cercano el punto de llegada: La Vereda de San Julián. Antes de llegar a ella, encontramos otros exploradores del terreno, pero ya en cuatro llantas atorados en el camino, dicen que antes de finalizar el mes, ´´lo terminan de arreglar´´ para seguir pasando y dejarlo listo a otros compañeros. Siendo esto, una de las amenazas para la preservación de los caminos de nuestra historia, por donde además del General Tomás Cipriano caminó con su tropa, ingresó también parte del desarrollo para la región cafetera. Dos tipos de exploración: la aventurera, desafiando la montaña con los motores y la fuerza y la otra, la de los caminantes, tratando cada uno a su manera de poder imaginar y sentir qué pasó y cómo se pasó años atrás por el Camino del Privilegio, como si la barrera de tiempo y espacio pudieran no existir, justo al momento de caminar por estos sitios.
Las caritas de cansancio, pero satisfechos todos.
En San Julián, sitio de llegada, refrigerio, ver por unos momentos los campesinos aficionados al juego del tejo en acción y luego un nuevo jeep J-6, para llegar a Chinchiná, tras aproximadamente media hora de bajar por una vía con alto grado de pendiente, acompañados por habitantes del sector que entre risas, chistes y ojos de seres buenos que trabajan la tierra, suben y bajan del carro, buscando llegar también a su destino .
El jugador de tejo por los aires.
Iniciando el regreso
Así se inicia la historia de unas personas que desean unir fuerzas para dar a conocer, para conservar y proteger el camino del privilegio, pero además de ello para sembrar lazos de amistad entre las ciudades de Santa Rosa, Pereira y Manizales a través de historia.
En la Plaza de Santa Rosa de Cabal.
Fotos: Francisco Javier González Sánchez
Piedramani, octubre de 2019
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